Febrero 19, 2025
Netanyahu, Trump, Zayed y Zayani en la firma de los Acuerdos de Abraham en Washington, DC, 14 de septiembre de 2020 Foto: GPO Avi Ohayon

Pareciera increíble que tras décadas de fuertes tensiones, enfrentamientos y guerras en el Medio Oriente, la realidad empieza una transición positiva y que será de gran importancia para esta región y en un momento histórico, pues la pandemia que ha causado un cataclismo en la mayor parte del globo terráqueo, no exceptúa al Oriente Próximo, que sin duda alguna sigue siendo un punto clave geopolítico y geoestratégico.
Los Acuerdos de Abraham, bautizados así en honor al patriarca Abraham, que nació en el año 1813 a. e.c en Ur Kaśdim -Ur de los Caldeos- y emigró hacia Canaán por orden de su Dios, convirtiéndose en el padre del monoteísmo, que significaría el origen del judaísmo, cristianismo e islam. Además, gran parte de la estructura del mundo occidental, es gracias al judeocristianismo, asimismo como a Grecia y a Roma. Ahora bien, estos Acuerdos, que normalizaron las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes en un principio, luego se replicaron en otras naciones del golfo pérsico y del mundo árabe como: Bahréin, Sudán y recientemente con Marruecos e incluso podría ser la propia Arabia Saudita, quien restableciera plenas relaciones con Israel, antes que culmine el gobierno Trump.
Sin precedentes. El actual gobierno de los Estados Unidos, ha ejecutado una política exterior en el Medio Oriente tan eficaz y bien elaborada que quienes no quieren aceptar entrar en estas negociaciones es porque en definitiva son enemigos de que las cosas marchen en su debido orden. Irán, Líbano (influenciado por Hezbollah) y la Autoridad Palestina, no harían un esfuerzo real por el intento de normalizar sus relaciones con Estados Unidos e Israel. Al parecer, por principio están en contra de la paz en su zona. A pesar de esto, la política americana ha sido la de conectar a las naciones que si estaban y estarían dispuestas a beneficiarse de ser un socio estratégico de EE. UU e Israel.
Donald J. Trump, no solo será recordado por haber movido la embajada americana a Jerusalén -capital del Estado hebreo- sino como haber promovido la paz en todo el Oriente Próximo. Haber acabado con el Estado Islámico (ISIS) y promover “la retirada” en Siria, hacen de Trump un pacifista, contrario al anterior gobierno Obama-Clinton que lo que promovió fue el desorden en esta región y que incluso con el ahora tándem Biden-Harris (el retorno Obama-Clinton) podría el conflicto volver a su sitio; sin embargo, una buena cantidad de los países del Mundo Árabe lo saben, y sin duda Israel. Así que, por lógica y en buen uso de la razón, el objeto de toda la política exterior del gobierno Trump en Medio Oriente, encabezado por Jared Kushner es dejar implantada una situación lo más armoniosa posible, donde los marginados sean quienes ven la paz con los ojos cegados por la ira y el rencor.
Así que, estos acuerdos que en el marco de la pandemia se han venido firmando, promueven la cooperación entre los países suscritos, paz, estabilidad regional y la contención de ataques terroristas dentro de los territorios adyacentes o limítrofes de estas naciones, que a la postre, han comprendido que estar enfrentadas es un absurdo conflicto. Del mismo modo, este conflicto se originó desde el propio instante en que los británicos se retiraron de la zona otrora conocida como: Mandato Británico de Palestina. Así fue, que, para el 15 de mayo de 1948, una coalición de naciones árabes atacó en conjunto a Israel. Es decir, la nación hebrea -tuvo sin duda alguna- como hito fundacional una guerra. Y ni hablar de los países árabes que terminaron involucrados en un conflicto que les desfavoreció incluso más que al propio Israel, en términos geopolíticos y geoestratégicos, pues con cada confrontación bélica que perdieron contra la nación judía, su discurso anti Estado de Israel se fue debilitando. Tanto así que, ahora está claro que la mejor opción hubiera sido la vía diplomática como lo proponía la ONU, cuando promulgó la resolución 181, conocida como: Plan de las Naciones Unidas para la partición de Palestina.
Para concluir, luego de haber sido la misma historia, quien ha objetado y demostrado el claro devenir que hubiese supuesto la no agresión, el diálogo y la posibilidad de haber signado un acuerdo que se hubiera encargado de fortalecer a la región, a cambio de lo que en la realidad sucedió. Nos hubiéramos ahorrado infinitos esfuerzos por una paz al parecer irresoluble, si la potencia mundial -EE. UU- hubiera promovido una política como la que el gobierno actual ha ejecutado, seguro que en la actualidad la situación seria diferente. Sin embargo, este fue un momento clave y es vital para la región y para el sistema internacional en sí, que se mantenga la estabilidad y las buenas nuevas que le sigan, a pesar del cambio de gobierno en Estados Unidos, de vuelta a la cuestión demócrata; que predica, pero no aplica.
Fuente: Aurora Digital
Pacífico Comunicaciones
Victor Villasante
Mike Pompeo y Abdel Fattah al Burhan Foto: Alsanosi Ali Departamento de Estados de EE.UU. vía Flickr Dominio Público

Funcionarios de Sudán, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos mantendrán una decisiva reunión el lunes, en Abu Dabi, sobre la posibilidad de que el país africano normalice relaciones con Israel, señala un reporte del portal de noticias Axios, que cita fuentes sudanesas.
El informe añade que, si Washington y Abu Dabi logran satisfacer los pedidos de asistencia económica de Jartum; dentro de pocos días podría anunciarse un acuerdo de paz similar al que selló Israel con Emiratos y con Bahréin.
Axios destaca que Sudán pide más de 3.000 millones de dólares en asistencia humanitaria y ayuda directa presupuestaria para responder a la crisis económica y las consecuencias devastadoras de las recientes inundaciones. Además, Jartum requiere un compromiso de Estados Unidos y Emiratos de ayuda económica para Sudán durante los próximos tres años, agrega el reporte.
En febrero pasado, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se reunió con el presidente del Consejo Soberano de Sudán, teniente general Abdel Fattah al Burhan en Uganda, y ambos países siguieron discutiendo la posibilidad de normalizar las relaciones a través de canales discretos.
Sudán aún debe pagar 300 millones de dólares en concepto de indemnización a las familias de los ciudadanos estadounidenses asesinados en los ataques terroristas contra embajadas de Estados Unidos en África en 1998 y contra el buque USS Cole en el año 2000.
A su vez, Sudán reclama a Estados Unidos que lo quite de su lista de países que patrocinan el terrorismo y apruebe un proyecto de ley en el Congreso que le brindaría inmunidad contra futuras demandas en los tribunales norteamericanos.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, cree que la normalización de relaciones entre Sudán e Israel convencerá a los legisladores demócratas y republicanos para que apoyen, a mediados de octubre, el proyecto de ley.
Burham tiene previsto encontrarse el lunes, en Abu Dabi, con el príncipe heredero, jeque Mohammed bin Zayed, para discutir un posible acuerdo de normalización con Israel a cambio de la asistencia económica de Estados Unidos y Emiratos, sugiere Axios.
En los márgenes del encuentro, funcionarios de primera línea de Estados Unidos, Sudán y Emiratos discutirán los detalles del posible arreglo, precisa el reporte.

Pacífico Comunicaciones
Victor Villasante
Donald Trump recibe al emir de Kuwait Foto archivo: Casa Blanca vía Wikimedia Dominio Público

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó que Kuwait podría ser el próximo país árabe en normalizar las relaciones con Israel, siguiendo las huellas de Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, que lo hicieron el martes pasado.
Trump formuló esos comentarios horas después reunirse con el jeque Nasser bin Sabah al Ahmad al Sabah, hijo del emir de Kuwait.
“Están muy entusiasmados con muchas cosas que están sucediendo en Oriente Medio”, apuntó Trump sobre los líderes de Kuwait. “Están muy emocionados de que firmamos con los dos primeros países [Emiratos y Bahréin], y creo que acabarán formando parte de esto bastante rápido”, agregó el mandatario norteamericano poco después de haber conferido al emir de Kuwait jeque Sabah al Ahmad al Sabah la Legión al Mérito, una alta distinción militar de Estados Unidos, que fue recibida en su nombre por su hijo mayor.
Trump reiteró que varios países árabes están ansiosos por normalizar las relaciones con Israel tras los históricos acuerdos firmados con Emiratos y Bahréin.
“Diría que hay siete u ocho países que quieren ser parte de esto”, subrayó Trump. “Nadie pensó que esto pasaría. Y no solo está sucediendo, está sucediendo con bastante facilidad”
“Lo discutimos muy brevemente, porque eso es ... fácil. Créase o no, todo eso ahora es un hermoso rompecabezas que se está ensamblando muy bien”, aseveró el inquilino de la Casa Blanca.
“Tuve dos llamadas esta mañana con países; ellos quieren saber, ‘¿Cuándo podemos entrar en el acuerdo?’ Ellos quieren ir. No es que les estemos dando nada. Quieren seguridad, quieren paz y están realmente cansados de luchar. Es increíble. Están cansados de pelear. Han estado luchando durante tantos años. Están cansados de pelear”, concluyó Trump.
El mes pasado, un alto funcionario kuwaití que prefirió permanecer en el anonimato, rechazó la posibilidad de que su país normalice las relaciones con Israel, diciéndole al diario local al Qabas que serán los últimos en hacerlo.
“Nuestra posición con respecto a Israel no ha cambiado, tras el acuerdo de normalización de EAU, y nosotros seremos los últimos en normalizar las relaciones”, apuntó el funcionario.
"La posición de Kuwait es consistente con su enfoque de política exterior desde hace décadas en apoyo a la causa palestina, ya que es el principal problema árabe", agregó.
Pacífico Comunicaciones
Victor Villasante
Benjamín y Sara Netanyahu junto a Donald y Melania Trump en la Casa Blanca Foto: GPO vía Facebook
El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró este martes que "cinco países más" establecerán pronto relaciones diplomáticas con Israel, poco antes de participar en la Casa Blanca en la firma de los Acuerdos de Abraham del Estado judío con Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, respectivamente.
"Tenemos a muchas naciones preparadas para seguir" los pasos de Emiratos y Bahréin y normalizar sus lazos con Israel, dijo Trump durante una reunión bilateral con el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
"Vamos muy avanzados (para cerrar esos acuerdos) con cinco países más", añadió el mandatario, que no quiso identificarlos.
Trump se reunió con Netanyahu poco antes de presidir en la Casa Blanca una ceremonia de firma de los Acuerdos de Abraham, por los que Israel establecerá relaciones con EAU y Bahréin, después de anunciar en las últimas semanas compromisos mediados por Washington para normalizar sus lazos.
El presidente estadounidense ha insistido en que esos pactos abrirán la puerta a que más países árabes accedan a formalizar sus lazos con Israel, que hasta ahora solo tenía relaciones diplomáticas con otras dos de esas naciones: Egipto (desde 1979) y Jordania (desde 1994).
Trump quiere promocionar todo lo posible esos acuerdos ahora que se encuentra en plena campaña para las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos, y en su reunión con Netanyahu proclamó que Israel "ya no está aislado" en Oriente Medio.
"Hasta Bibi (apelativo de Netanyahu) se cansa de la guerra", bromeó Trump, con el primer ministro riéndose a su lado en el Despacho Oval.
El presidente estadounidense pronosticó que los palestinos llegarán también "absolutamente" a un acuerdo de paz con Israel "en el momento adecuado", y aseguró que su Casa Blanca está "hablando" con ellos.
Trump se reunió también por separado con el ministro de Exteriores de Emiratos, Abdulá bin Zayed al Nahyan; y con el ministro de Exteriores de Bahréin, Abdulatif bin Rashid al Zayani, que visitan la Casa Blanca para participar en la ceremonia de firma.
Desde que anunciaron su acuerdo el 13 de agosto, Israel y Emiratos ya han dado los primeros pasos en la normalización de sus relaciones, desde llamadas telefónicas a colaboración en materia médica y de defensa, pasando por la llegada a finales de agosto a Abu Dabi del primer vuelo comercial entre ambos países.
Por su parte, Bahréin anunció apenas el pasado viernes que se sumaba a la iniciativa impulsada por los estadounidenses. EFE y Aurora
F-35I Adir de la IAF en su primer vuelo en Israel, Foto: Fuerza Aérea de Israel Mayor Ofer Wikimedia CC BY 4.0

La normalización de las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos tendrá ramificaciones estratégicas y políticas significativas para el Medio Oriente en su conjunto y para Israel en particular. Sin embargo, la posición regional de Israel se basa fundamentalmente en la percepción de su superioridad tecnológica y militar y no en la naturaleza fluida de los acuerdos políticos reversibles. En el Medio Oriente los tratados de paz, como muestran los ejemplos de Egipto y Jordania, deben protegerse mediante arreglos de seguridad que desalienten su violación en lugar de proporcionar capacidades militares que algún día, bajo un cambio de liderazgo e intención, alienten a desafiar Israel.
Tras el reciente anuncio del acuerdo para normalizar las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se eliminó un obstáculo importante en el camino del envío del avión de combate F-35 a los EAU. Después de una sesión informativa clasificada sobre el F-35 para el ejército emiratí, el presidente Trump indicó públicamente que está considerando seriamente la entrega del F-35 a este Estado del Golfo. "Les gustaría comprar F-35", declaró en una reciente conferencia de prensa. "Veremos qué pasa. Está en revisión". Al mismo tiempo, los funcionarios de la Administración están tratando de asegurar a Israel que Estados Unidos garantizará su ventaja militar cualitativa (QME) en cualquier futuro acuerdo de armas con los Emiratos Árabes Unidos.
Sin duda, la venta sería un impulso para la política de Trump de aumentar las exportaciones de armas de Estados Unidos. Los muchos miles de millones de dólares que valdría tal acuerdo podrían ayudar a compensar la eliminación de Turquía del programa F-35, luego de su compra de misiles tierra-aire rusos avanzados y contribuir a bajar el costo por unidad. Al mismo tiempo, aseguraría a los socios regionales de Washington su continuo apoyo a largo plazo y enviaría un mensaje a Irán de que Estados Unidos defenderá a sus aliados del Golfo. Además, significa el reconocimiento de Washington por el papel de los EAU en la propuesta del "Acuerdo del siglo" de la Administración Trump.
Sin embargo, la entrega del F-35 a los Emiratos Árabes Unidos tendrá consecuencias adversas significativas para Israel que deben tenerse en cuenta.
En primer lugar, tal decisión representaría una digresión significativa del compromiso histórico de Estados Unidos de preservar el QME de Israel. Según la legislación estadounidense, garantizar el QME de Israel significa proporcionarle medios y capacidades militares que van más allá de los sistemas de armas proporcionados por Estados Unidos a los países árabes, independientemente de su intención declarada hacia Israel.
En el volátil Medio Oriente, las circunstancias y las intenciones cambian mucho más rápidamente que las capacidades. Ejemplos de la historia reciente de la región incluyen la llamada "Primavera Árabe" y el ascenso y caída del régimen de la Hermandad Musulmana en Egipto, y el giro islamista antagónico de Turquía. El primero era signatario de la paz con Israel y el segundo era un socio cercano de Israel en la región. Los tratados de paz de Israel con Egipto y Jordania son limitados y susceptibles a la hostilidad pública. Dada esta vulnerabilidad innata, Estados Unidos se ha abstenido hasta la fecha de proporcionar a Egipto y Jordania sus capacidades militares más avanzadas, salvaguardando así la superioridad militar de Israel frente a sus actuales socios de paz.
En segundo lugar, la decisión de enviar el caza furtivo F-35 a los Emiratos Árabes Unidos sería un precedente que sería imposible no extender a otros estados del Golfo, especialmente a Arabia Saudita, el principal socio de Washington y cliente de armas en el Golfo. Los saudíes quieren comprar el F-35, y sería imposible que Estados Unidos lo entregase a Abu Dabi y no a Riad. En consecuencia, la superioridad aérea de Israel, un requisito previo esencial para la conservación de su QME general, se verá socavada. Una vez que se cruce este umbral, será más difícil para Washington negar otros sistemas de armas altamente avanzados a Egipto, Jordania o Marruecos.
Incluso si la versión del Golfo del F-35 fuera degradada, aún proporcionaría capacidades operativas de comando y control, centralidad en red y sigilo de quinta generación que cambiarían el juego de tal manera que socavarían las ventajas de Israel. Estas capacidades incluyen la interconectividad entre los cazas de quinta y cuarta generación, lo que hace que los cientos de cazas avanzados de cuarta generación ya existentes en las Fuerzas Aéreas árabes y del Golfo sean aún más letales. La única capacidad aérea que podría superar al F-35 es el F-22, pero hasta ahora Estados Unidos se ha negado a entregar esa capacidad a Israel.
En tercer lugar, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita no tienen una necesidad militar real del F-35, y sus F-16, F-15 y Eurofighters de cuarta generación existentes, con sus avanzados radares, aviónica, misiles aire-aire y aire-tierra son más que un rival para la anticuada Fuerza Aérea de Irán. La presencia de Estados Unidos en el Golfo proporciona una disuasión adicional si los iraníes lanzaran un ataque a gran escala. El ataque de septiembre pasado a las estratégicas instalaciones de procesamiento de petróleo del este de Arabia Saudita por parte de Irán ilustra la necesidad de los Estados del Golfo de mejorar las capacidades defensivas en lugar de los medios para llevar a cabo ataques furtivos sorpresa. Además, proporcionar a los Estados del Golfo el F-35 podría animarlos a actuar contra Irán y posiblemente arrastrar a Estados Unidos e Israel a las consecuencias. Según esta línea de pensamiento, Estados Unidos ha tenido cuidado de no proporcionar a Taiwán capacidades ofensivas que pudieran envalentonarlo contra China y solo recientemente acordó venderle cazas F-16V.
En cuarto lugar, aceptar liberar el F-35 a los Estados del Golfo podría aumentar inadvertidamente la amenaza iraní contra esos Estados al desencadenar acciones ofensivas iraníes en los años previos a la llegada del avión de combate a sus destinos. Este desarrollo podría aumentar el potencial de enredo de Estados Unidos en un momento en que busca reducir su presencia regional, no aumentarla. Además, tal anuncio, en el contexto de la falta de extensión del embargo de armas contra Irán, impulsaría los esfuerzos de China y Rusia para suministrar a Teherán sus versiones de plataformas aéreas avanzadas.
Precedentes históricos
La historia de las ventas de armas avanzadas al Golfo y a los países árabes, ambos antes y después de la legislación QME de 2008, muestra que, si una Administración estadounidense es inflexible y está dispuesta a presionar fuertemente en el Congreso, eventualmente logrará aprobar tales acuerdos. Los anteriores intentos de Israel y de los grupos de presión pro-israelíes para evitar la venta de armas a los países árabes lograron retrasarlas o mitigarlas, pero no evitarlas por completo.
En 1978, por ejemplo, Estados Unidos acordó vender a Arabia Saudita sesenta aviones caza F-15. Para superar la esperada oposición incondicional israelí y del Congreso, la Administración Carter prometió que la venta no incluiría cápsulas de combustible externas y estantes de bombas para reducir su capacidad ofensiva contra Israel. El Congreso aprobó el acuerdo en gran parte debido a esta garantía. Sin embargo, dos años después, tras el derrocamiento del shá en Irán, la Administración Carter se retractó de esta garantía, pero tuvo que retrasar una decisión sobre la expansión del paquete F-15 a Riad debido a las inminentes elecciones presidenciales.
Después de su investidura, el presidente Ronald Reagan decidió aprobar la venta de cápsulas de combustible y bastidores de bombas, así como los modernos misiles aire-aire Sidewinder. Dada la fuerte oposición de Israel y el Congreso, Reagan retrasó temporalmente la venta. Aún así, en abril de 1981, no solo revivió el paquete F-15 extendido, sino que agregó cinco aviones de patrulla AWACS, siete camiones cisterna de reabastecimiento de combustible KC-135, estaciones de radar en tierra y sofisticado equipo adicional. Aunque se enfrentó a una feroz oposición, Reagan logró persuadir a suficientes senadores para obtener la aprobación del paquete en octubre de 1981.
En 2010, la Administración Obama decidió vender 154 aviones F-15 avanzados a Arabia Saudita. Una vez más, Israel no pudo evitar la venta, pero logró compensarla con la entrega del F-35. El exsecretario de Defensa Robert Gates se refiere a esta compensación cualitativa en sus memorias, escribiendo que entre las medidas tomadas “para asegurar que el QME de Israel no se viera disminuido por la venta del F-15 a Arabia Saudita… venderíamos a Israel el mismo modelo F-35 Joint Strike Fighter que íbamos a proporcionar a nuestros aliados de la OTAN". En parte, la posición de Israel frente a la Administración de Obama se fortaleció debido a la legislación QME, que requirió que la Administración afirmara que la QME de Israel no se vería socavada por la venta propuesta.
Los ejemplos anteriores ilustran las principales vías de influencia con las que Israel puede intentar bloquear o influir en la venta del F-35 a los Estados del Golfo. La vía principal es el compromiso con la Administración. Israel no solo debe oponerse enérgicamente a cualquier venta de F-35 a la región, si no también permitir que la Administración presente sus planes para mantener el QME de Israel si se aprueba dicho acuerdo. Dada la posición de Israel entre los partidarios evangélicos del presidente Trump, Jerusalén puede estar en condiciones de solicitar que tales discusiones se pospongan hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.
En segundo lugar, Israel debe comprometerse activamente con el Congreso sobre este tema. Cuanto más apoyo obtenga Israel en el Congreso, más fuerte será su mano frente a la Administración. Una vez más, aunque el Congreso nunca ha bloqueado con éxito una importante venta de armas propuesta, ha afectado el momento y la composición de dichas ventas. Al expresar una fuerte oposición, ha disuadido a los presidentes de posponer formalmente ciertas ventas de armas.
Sin embargo, en un enfrentamiento entre el presidente y el Congreso, el primero tiene la ventaja, a menos que se pueda movilizar una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para anular un veto presidencial e impedir una venta. El uso reciente por parte de la Administración Trump de las autoridades de emergencia para eludir la oposición del Congreso a vender armas a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania, demuestra la ventaja que tiene una Administración determinada sobre el Congreso. Sin embargo, dadas las fuertes críticas que generó este paso, puede ser políticamente difícil para la Administración repetir esta maniobra en el caso de los F-35.
Incluso después de tener en cuenta las ventajas estratégicas y políticas del acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, el sistema de defensa israelí continúa oponiéndose rotundamente a la entrega del F-35 a los Estados árabes y del Golfo. Queda por ver si Washington prestará atención a esta objeción en sus deliberaciones políticas y posteriores discusiones en el Congreso.
Fuente: BESA Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos
Shimon Arad es coronel retirado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Sus escritos se enfocan en cuestiones de seguridad regional.

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